Mate-aventuras en la granja

1. La granja

Las vacaciones de verano con los abuelos son fabulosas. ¡Hay muchas cosas entretenidas
por hacer! En la granja hay gallinas, vacas, burros, gatos y también pájaros, ¡con suerte se ven
luciérnagas! No es como en la ciudad donde viven las primas Pipa, Rebe y Lin; con los abuelos
hay mezquites, fresnos y nopales. Pipa es la mayor, luego sigue Lin y la más pequeña, Rebeca.

Las tres primas disfrutan jugando y correteando en el gran patio que tiene la casa: pueden
rodar entre la hierba, lanzar piedras a lo lejos y buscar insectos entre las hojas. También pueden
jugar con el tío Nito, al que le gusta organizar actividades con pelotas, hacer máscaras de papel
o de yeso, hacer paseos a los alrededores y hasta realizar experimentos sorprendentes… aunque
a veces no resultan como se planearon.

2. Reparando el corral de las gallinas

Hoy el tío está arreglando el corral de las gallinas, tiene que reemplazar algunos postes de
madera que sostienen la cerca. Curiosas, y con ánimo de colaborar, las niñas se acercan. El tío
aprovecha para desafiarlas, les pregunta: — ¿Cuántos postes se necesitan para completar el
corral? — Las niñas empiezan a contar los postes faltantes… que son 9, sin embargo, antes de
responder, el tío sonriendo las detiene y les dice: —¡Solamente uno, el último! — Los chistes del
tío no son tan buenos y las chicas se echan la mano en la cara.

— ¿Quieren ayudarme? — ¡Sí! — Responden al unísono. — Bien, entonces por favor traigan los postes que están bajo el árbol de aguacate. —Las niñas corren al árbol y hacen el primer viaje. Pipa acarrea dos postes y las demás traen uno cada una. En el segundo viaje, las niñas terminaron de acarrear los postes, todas colaboraron con al menos uno. Si se suma lo que acarreó
cada niña, las tres llevaron una cantidad distinta de postes. Teniendo en cuenta que Pipa fue quien más postes transportó, ¿cuáles fueron las cantidades individuales acarreadas?
En lugar de contar los postes, el tío Nito aprovecha para explicarles con un papel y un lápiz: — Se requerían 9 postes. Hicieron dos viajes y cada una llevó al menos un poste por viaje.
Entonces necesitamos expresar al 9 como una suma de 3 cantidades distintas.
Cada una de estas cantidades debe ser mayor o igual a 2 (porque cada una llevó al menos dos postes).
La única forma es:
2 + 3 + 4 = 9

3. Leche y una sorpresa

En eso apareció la abuela Lola con una olla y una canasta. Se dirige al depósito donde está
la leche recién ordeñada, pues requiere 4 litros. Las niñas, contentas, deciden acompañarla. Al
llegar al depósito notan que, además del contenedor de leche, sólo están una jarra de 3 litros y
otra de 5 litros. ¿Cómo va a hacer la abuela para obtener 4 litros?

— Rebe piensa rápido y grita: —¡Yo sé! Primero lleno la jarra de 5 litros y con ésta misma
lleno la jarra de 3 litros, quedando así 2 litros en la jarra de 5. Estos 2 los vaciamos en la olla de
la abuela. Luego regresamos el contenido de la jarra de 3 a la de 5 y terminamos de llenar la de
5 litros. — ¡Claro! — Pipa la interrumpe. — Ahora repetimos el proceso para obtener de nuevo
2 litros y con los 2 anteriores tenemos 4. ¡Pero hay otra manera de resolverlo! — ¿Cuál es esa
otra forma de obtener 4 litros de leche en la olla de la abuela?

Las más pequeñas, contrariadas, no logran encontrar otra manera. — No se preocupen, —comenta la abuela —es muy fácil: primero llenamos la jarra de tres y la pasamos a la olla. Solamente nos faltaría un litro, ¿cierto?, entonces rellenamos la de tres nuevamente y la pasamos a la de 5, volvemos a llenar la de tres y vaciamos leche en la de 5 hasta que se llene, por lo tanto, nos queda un litro en la de tres. Es la cantidad que vaciaremos en la olla. — Las niñas se alegraron. — Y ahora, vayamos a los nidos de las gallinas. Ayúdenme a recoger huevos para 3 encargos que nos hicieron los vecinos: 4 huevos para el primero, el triple de esa cantidad para el segundo y una cantidad igual a la mitad del segundo para el tercero. —¿Cuántos huevos deberán tomar las niñas?

De regreso en la cocina, su abuela les dice que les preparará una rica sorpresa. Las niñas
toman agua y corren a jugar a las escondidas dentro de la casa. —¡El que no se ha escondido
tiempo ha tenido! — Las risas y los gritos alegran el corazón de los tíos, los primos y los abuelos.

Después de un rato, la abuela las llama y les enseña una tarta recién horneada. Para terminar el
día, el tío Nito les comenta que terminó de arreglar el corral y que también les ha dado comida
a las gallinas. Les narra que la gallina rojiza llegó enseguida de la blanca, la café llegó en medio
del gallo y la pinta, el gallo no le ganó a la rojiza pero no fue último. — ¡Niñas! ¿Pueden decirme
en qué orden llegaron las primeras 5 aves? — Les pregunta antes de probar un pedazo de tarta
de la mesa. Las niñas, entretenidas con la tarta y un buen vaso de leche, se toman su tiempo
antes de pensar en la respuesta…

— Tío, —dice Lin — solamente podría ser de una manera: que la blanca llegara primero,
luego la rojiza, el gallo, la café y finalmente la pinta. — ¡Muy bien!, son todas muy inteligentes.
Qué les parece si mañana vamos a pasear a la presa. — ¡Sí! ¡Queremos emparedados! — Emocionadas, dijeron las niñas. Ha sido un día cansado y satisfactorio para todos, pero las vacaciones
de verano apenas inician…

Autores: Osvaldo Osuna y Berenice Reyes-Herrera

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