El cuadrilátero y sus amigos matemáticos

Cuenta una leyenda que hace muchos años el cuadrilátero vagaba sin saber a donde… porque estaba pensando en cual era su perímetro y no sabía como hallarlo. Hasta que un día llegó a la ciudad cuadrícola y vio que allí podrían medir su perímetro. Fue preguntando cuadritienda por cuadritienda pero no encontró nada. Mientras seguía andando vio en un callejón una luz parpadeante y en su cartel ponía entonces se acercó y entró.

Era la primera vez que entraba en una cuadritienda de esa ciudad, dada las circunstancias de que era nuevo allí, entonces vio una banqueta y se sentó. De la misma forma salió el dependiente y vio un cuadrilátero que necesitaba ayuda. Enseguida llamó a sus amigos matemáticos para prepararse y medirle el perímetro. Los amigos matemáticos del dependiente eran muy amables midiendo su perímetro y también su área.

Los pasos de los amigos matemáticos fueron:
1º la regla midió sus lados.
2º los números se colocaron para ser multiplicados.
3º el signo de multiplicar los halló.
4º el igual les dio el resultado final.

El cuadrilátero ansioso por saber sus resultados se sentó de nuevo en la banqueta y tiritando llegaron los resultados. Al ver los resultados saltó de alegría por que eran impresionantes y se fue de la cuadritienda muy feliz. Fue pasando otra vez cuadritienda por cuadritienda y fue comprando con su amigo el TANTO POR CIENTO, que siempre le daba la opinión de las cuentas.

Más tarde el cuadrilátero se fue de la ciudad cuadrícola y sus amigos matemáticos le fueron con él a un planeta llamado ecuacional donde hacían ecuaciones sin parar. El cuadrilátero quería saber hacer las ecuaciones famosas de ese lugar y sus amigos también, así que entraron a un colegio y les enseñaron a hacer las ecuaciones famosas de ese lugar.

Después de unos 2 años de estar en el colegio el cuadrilátero y sus amigos ya sabían hacerlas como matemáticos profesionales. Los amigos del cuadrilátero se encontraron al signo de ecuaciones llorando en la puerta del cole y le dijeron que se fuera con ellos y él sin pensárselo fue.

En la siguiente parada del cuadrilátero y sus amigos matemáticos, era volver a la ciudad cuadrícola para seguir allí su vida. Cuando llegaron de nuevo a la ciudad cuadrícola vieron que estaba destrozado y las cuadritiendas demolidas como si hubiera pasado por la ciudad un terremoto o una bomba y se quedaron asombrados.

A los minutos de reaccionar, pensaron y pensaron hasta que a los números se les ocurrió un plan. El plan era de lo más estupendo así que llamaron a Egipto rápidamente, y le dijeron a todas las pirámides que vinieran a la ciudad cuadrícola y reconstruyeran nuestro pueblo querido.

Todos ayudaron a reconstruir el pueblo, los números colocaron las medidas con las ecuaciones y el signo de multiplicar, el cuadrilátero llevaba las cosas más pesadas, la regla media para hacer decorativos y el tanto por ciento se cogió una tumbona y un coco y a mirar. Esto en construirse tardó como unos meses o incluso años pero eso no les importaba porque era su ciudad y la querían tanto como a su vida.

Cuando terminaron la obra vieron que les había quedado fantástico y lo único que querían averiguar es qué había pasado en su ciudad. Todos se volvieron detectives y con lupa y con un abrigo largo marrón se pusieron a calcular.

Después de días sin descanso y con el agotamiento encima no encontraron nada así que se rindieron casi todos menos el cuadrilátero y el signo de multiplicar. Al cabo de un rato o de horas apareció a lo lejos una forma triangular y ellos tenían tanto miedo que se escondieron.

Cuando llegó a su límite y vio que estaba todo muy bien reformado y que encima en aquel lugar no había nadie decidió volverlo hacer y enseguida salió el cuadrilátero y se negó y le dijo: – TU ERES EL CAUSANTE DEL DESTROZO DE MI CIUDAD. Y él gratamente respondió: – PUES CLARO QUIEN IBA A SER ENTONCES

El cuadrilátero muy enfadado le retó a un duelo y quien ganara se quedaba la ciudad y hacía lo que quisiera con ella y quien perdiera se iría de rositas de la ciudad. El triángulo le retó y entonces soltó un risa maligna.

El reto tenía diferentes pruebas y son las siguientes:
1º- había que hacer sumas y restas.
2º- había que hacer una operación de multiplicar en 30seg.
3º- había que hacer una gymkhana de raíces cuadradas.
4º- había que hacer un concurso de preguntas matemáticas.

El reto lo iba ganando el triángulo pero el cuadrilátero aun así no se rendiría porque era su ciudad y no quería perder a sus amigos. Al final el cuadrilátero ganó por dos puntos por encima del triángulo y él muy emocionado se fue a abrazar a sus amigos, ellos le dieron la enhorabuena por ganar el reto, entonces el cuadrilátero les dijo: – YO SABIA QUE IBA A GANAR POR QUE HABÍA ESTUDIADO LAS PREGUNTAS SIN QUE ÉL LO SUPIERA

Finalmente antes de que el triángulo se fuera dijo: -YO SE QUE HE HECHO MAL EN DESTRUIR VUESTRA CIUDAD Y ME ARREPIENTO DE HABERLO ECHO.

Todos los amigos del cuadrilátero le dieron las gracias por haberse disculpado por lo que había echo mal. Cuando ya el triángulo había desaparecido de la ciudad todos los ciudadanos de ese sitio volvieron y le agradecieron al cuadrilátero y a sus amigos matemáticos lo que habían hecho por su ciudad del alma.

Con todo y con esto colorín colorado este cuadricuento se ha acabado, el cuadrilátero y sus amigos están fascinados.

Autora: Cristina Nieto Barrueco