El misterio de la clase de 2ºA

La semana pasada, mi prima Vera se fue de excursión con su clase, a Singapur. Sí, lo sé, está un poco lejos, pero como habían trabajado tan bien, a profes, mamás y papás les pareció el viaje perfecto.

Lo que nadie sabía, era lo que allí sucedería, fueron los 4 días más alucinantes que mi prima recuerda haber vivido; claro, que tiene 7 años, así que tampoco es que le haya dado tiempo a vivir muchas aventuras como las que vivieron allí sus compañeros de clase y ella.

Todo empezó cuando montaron el avión. Era un avión precioso de color gris clarito con bandas plateadas, con 10 bandas plateadas, justo las mismas que consiguen los monos Langur cuando completan sus 10 buenas acciones al llegar a la edad adulta, que justo es cuando cumplen 7 años ¡Cómo los años que tiene mi prima!

Lo que no sabían es que no solo había 10 bandas dibujadas por fuera, el avión por dentro también estaba dividido, aunque en esta ocasión en 2 partes, una de color gris claro y la otra de color plateado ¿Dónde se sentaría cada uno? En clase eran 25, más las 2 profes que les acompañaban, eran 27 ¿Cómo lo harían?

A Ainhoa se le ocurrió una idea: – ¿Por qué no hacemos 2 grupos iguales y nos sentemos con quién nos toque? A lo que Inés contestó: – Eso no puede ser, si en este viaje somo 27 nunca podremos hacer grupos iguales ¡Somos impares!

Robert, que lo había estado escuchando todo, les dijo: – ¡No pasa nada compis! como nuestra profe Alejandra nos contó una vez que de pequeña quería ser piloto, ella podría ir en la cabina y los demás podríamos hacer 2 grupos de 13 personas cada uno.

-¡Genial, Robert! Dijo Alejandra,- Avisaré a la tripulación para comprobar que no haya ningún problema.

Como imaginaba la profe, no hubo ningún problema y con la lista en mano, Raquel fue haciendo los grupos. – Del 1 al 13 se sentarán en la parte gris clarito, del 14 al 25 irán conmigo en la parte plateada, la que coincide con la cola. Por cierto, ¿Sabéis que en Singapur viven los monos Langur, también llamados mono de hoja con bandas, y que su cola tiene puede llegar a tener una extensión de casi 1 metro de largo?

Todos se quedaron pensando en el dato que Raquel les había dado, si la cola medía casi 1 metro de largo ¿Cuánto mediría el cuerpo? ¿Los monos serían más altos que ellos? ¿Habría muchos Langur en Singapur?… Y pensando pensado, se quedaron todos dormidos. Y menos mal, porque el viaje era de 15 horas, iban a pasar más de medio día volando.

Les despertó la voz de su profe Alejandra que después de 15 horas había aprendido mucho de aviones y había aprendido a manejar algunas cosas, como el megáfono: – Buenos días pequeños dormilones, hemos llegado a Singapur son las 9:05 de la mañana, la temperatura es de 30º y actualmente está lloviendo.

Debido a las lluvias, no se dieron cuenta de lo que pasaba fuera ¡No se veía nada por las ventanas! Lo que descubrieron al bajar del avión es que les estaba esperando el Primer Ministro, Lee Loong. De entre todos los viajeros que llegaban a la isla, la clase de 2ºA había sido seleccionada para descifrar el secreto mejor guardado del país: Dónde se encontraba el líder de los Langur y cómo podrían acercarse a él, para así poder protegerlos.

La clase entera fue trasladada al mejor hotel de la ciudad. Fueron trasladados en dos furgonetas grandes, en una entró el grupo que iba sentado en la parte delantera del avión y en las otra, el otro grupo.

20 minutos después ya estaban alojados y ansiosos por bajar a desayunar, el viaje había sido muy largo y estaban muertos de hambre. Al llegar al restaurante del hotel se encontraron la primera sorpresa, sorpresa que iba acompañada de la primera pista ¿Pista?

María E. gritó muy alto: – ¿Eso de ahí es un mono Langur? A lo que Kian, el mono Langur, contestó: – Sí, soy un mono Langur, bienvenidos a Singapur y gracias por ofreceros a ayudarnos.

Izan, con los ojos abiertos de par en par, dijo: – ¿Ese mono está hablando? ¿O soy yo que me estoy volviendo loco?

Kian que no podía parar de reírse dijo: – Hola Izan, sí, soy un mono que habla, y por cierto, mi nombre es Kian. He venido a ayudaros en la misión que Lee Loong os ha puesto.

Martina G, muy emocionada, contestó: – Hola Kian, yo soy Martina ¿Cómo nos vas a ayudar?

-Para que entendáis lo que está pasando, primero os voy a contar una historia ¿Preparados? Dijo Kian. – Síííí. Dijeron todos a la vez.

Había una vez un grupo de monos llamados los Langur. Los Langur vivían felices y contentos en su isla, la Isla de Singapur, hasta que un día los humanos empezaron a talar los árboles y los bosques empezaron a reducirse…tanto, que la población de Langur empezó a disminuir. Disminuyó tanto que un día al levantarse por la mañana, solo contaron hasta 10. Solo quedaban 10 monos Langur en toda la isla. Por miedo a que la especie desapareciese se dividieron en 5 grupos, el primer grupo formado por el líder y su esposa se escondió en el bosque pantanoso Nee Soon, los otros 4 grupos se repartieron por todo el país. Yo formaba parte de uno de los otros 4 grupos, pero hace unos días perdí a mi compañero y fue entonces cuándo decidí pedir ayuda al primer ministro.

Y por eso, estamos hoy aquí. El líder de los Langures nos dio un trozo de plano a cada grupo y un problema a resolver. Antes de desaparecer nos dijo: – A lo largo de la isla hay 4 piedras preciosas, si os encontráis en peligro, resolved el problema. Cada problema os ayudará a encontrar una piedra y si conseguís traer de vuelta las 4 piedras nuestro pueblo estará a salvo.

Kian añadió: – Aquí tengo mi problema, pero no consigo resolverlo ¿Me ayudáis? – Síííí. Dijo toda la clase a la vez.

La longitud del líder de los Langur se mide de la cabeza a la cola.

La cabeza del líder mide 20 cm menos que su cuerpo.

El cuerpo del líder de los Langur mide 32 cm menos que su cola.

La longitud de la cola es la misma que la longitud total de su cabeza y su cuerpo.

¿Cuánto mide el líder de los Langur de largo?

Lidia, que siempre estaba muy atenta en clase, dijo: – Esto es muy fácil, podemos resolverlo usando el Modelo de Barras. Raúl saca papel y lápiz que nos podemos con ello.

Raúl que llevaba el kit de aventurero, sacó su libreta y empezó a resolverlo: – Podemos hacer 3 barras, la barra de la cola, la barra del cuerpo y la barra de la cabeza. Quedaría así:

-Yo continúo. Dijo María M, – Raúl, sube la barra de la cabeza al hueco que queda después del cuerpo y ya tendremos la solución.

-Perfecto, dijo Ian M, ya estoy deseando ver el siguiente problema, este ha sido demasiado fácil. Aunque, Kian, ¿Dónde está la piedra?

Y ¡Pum! Delante de sus ojos, justo a los pies de Kian, apareció un pequeño paquete. Era la piedra preciosa, era verde, brillante y del tamaño de una manzana. Pero espera, qué es eso, es una nueva pista. El papel con el que habían envuelto la piedra venía con un mensaje, ese mensaje desvelaba dónde estaba el siguiente grupo de los Langur. El grupo 2 estaba en la Isla Sentosa, el punto más al sur del continente asiático.

En ese momento Raquel dijo: – Vamos chicos, todos a los autobuses ¡Nos vamos!

Y Vera, que no había perdido detalle durante las clases de sociales dijo: – Pero profe, si vamos a una isla ¿Cómo vamos a ir en autobús?

-Bien dicho Vera, dijo Alejandra, esta isla está tan cerca, que se puede acceder a ella a través de un puente, así que el autobús nos llevará hasta allí.

Cuando llegamos a la isla, no sabíamos dónde podíamos ir y encontrar el segundo grupo. La isla era pequeña, pero había mucha gente. Y como por obra de arte, apareció el lago Serapong, si había algún sitio dónde encontrar a sus amigos, era allí…y ¡BINGO! Allí estaba la siguiente pareja. Rápidamente les contaron lo que pasaba y se unieron a nosotros.

Kian: – Ya tengo el segundo problema ¡Empezamos!

El otro día fui al mercado a comprar unos cocos, y como buenos monos, pensé en llevarme también unos plátanos. El problema es que el tendero no sabía cuanto pensaba la última bolsa de plátanos que le quedaba y si no lo descubría no me la podía llevar. Tenía dos básculas. En una subió dos cocos. Entre los dos cocos el peso era de 8kg. En la otra báscula pusimos un coco y la bolsa de plátanos y la báscula marcó 9 kg

¿Cuánto pesó la bolsa de plátanos?

Marcos dijo: – Esto lo puedo hacer yo solo profe. Si los dos cocos son 8 kg, cada coco pesa 4kg. Si la báscula del coco y los plátanos marca 9 kg, solo tendremos que restar los 4 kg del coco para averiguar que la bolsa de plátanos es de 5 kg.

y…¡Pum! En ese mismo momento apareció otro paquete, al abrirlo encontramos una nueva piedra, en esta ocasión de color rosa chicle, y al igual que la verde, muy brillante y del tamaño de una manzana. Además, en el envoltorio estaba la nueva ubicación, la ubicación del grupo 3.

Ian O dijo: – Yo lo leo. Si la siguiente piedra queréis encontrar hasta Malaysia tendréis que viajar y en Legoland un nuevo problema descifrar.

-¡Vamos amigos! Si cogemos ya los autobuses y atravesamos por el puente Second Link estaremos allí en 1 hora. Dijo Kian.

Al llegar al parque todos nos quedamos con la boca abierta. Era como estar dentro de un juego de construcciones de Lego. Todo lleno de colores y magia.

En la puerta estaban esperándonos la nueva pareja de Langur, Wei y Mei. En sus manos llevaban una caja llena de piezas de lego, una caja que nos entregaron nada más llegar.

Jade se adelantó y dijo: – Yo abriré la caja y veremos que tenemos que hacer ¡Tenemos que salvar a los Langur!

Al abrir la caja, se encontraron con un montón de piezas de Lego de todos los colores, rojas, amarillas, verdes, azules,… Las pusieron todas en el suelo y todo parecía normal, ahí no parecía estar la nueva pista. Pero cuando ya no sabían que hacer, Lucas dijo en alto: -¡Ya lo tengo! Dejadme la caja, voy a abrirla, este prisma si lo abrimos, puede que nos muestre algo,…Mirad, tenía razón. Dentro, en uno de los rectángulos hay algo escrito, voy a leerlo:

La suma de 3 cifras iguales, que no son tres 20, da como resultado 60 ¿Qué cifras son?

En ese momento las piezas se repartieron entre todos los amigos de clase y empezaron a hacer montones de piezas. Empezaron a hacer 3 montones de 20 piezas cada uno, luego contaron de uno en uno, hacían grupos de 10,…pero nada, no conseguían nada, hasta que Alma pensó: – ¿y si al hablar de cifras no está hablando de grupos y si lo que tenemos que buscar es que sean número iguales, por ejemplo 11 + 1 o 33 – 3.

A lo que Sara dijo: – ¡Qué gran idea Alma! Ya lo tengo, 55 + 5 = 60.

Y…¡Pum! Un nuevo paquete apareció. Dentro había otra piedra preciosa, en este caso de color azul, azul cielo de verano. Brillaba tanto que no podíamos dejar de mirarla hasta que Kian dijo: – Leamos lo que pone en la nota. Para poder continuar, en todas las atracciones de Legoland os tenéis que montar, ya que hasta que no lo hagáis una nueva pista no os podremos dar.

En ese momento una gran sonrisa apareció en la cara da todos. ¡Cómo disfrutaron! Recorrieron la zona de aventura, la Ninjago, la MiniLand hecho con más de 30 millones de piezas…hasta que dieron un baño tirándose por los toboganes acuáticos ¡Como en nuestro tobogán acuático de Singapur!

Martina R fue la última en montarse en el último sitio y al terminar el recorrido la nueva pista apareció justo delante de ella. – ¡Chicos! Ya tengo la nueva pista, vamos a leerla. Somo la última pareja que tendréis que encontrar, antes del que al líder podáis encontrar. Si queréis la pista final a la isla Jurong tendréis que llegar.

La profe Alejandra nos dijo que ya era muy tarde para continuar, así que es noche la pasamos en la ciudad de Lego ¡Qué camas más originales!

A la mañana siguiente cogimos una avioneta para ir más rápido, a las 9 de la mañana ya estábamos allí. La pareja de monos Langur, Li y Jin, nos entregaron el último papel con 9 palos de bambú. Este reto tardaríamos bastante en resolverlo ¡Era muy difícil!

María R se ofreció a leerlo: 

Forma tres triángulos con los 9 palos de bambú, como indica en la imagen, y después conviértelos en 5 triángulos moviendo solo tres palos de bambú.

Noelia empezó a frotarse los ojos, solo con mirarla ya sabías que estaba dándole vueltas al enigma. Y de repente dijo: – ¡Ya lo tengo! Dejadme los palos, yo lo resolveré.

Paso número 1: Mover el palo inferior del primer triángulo y colocarlo entre los dos otros triángulos, así:

Paso número 2: Coger el palo que tenemos más a la izquierda y colocarlo en la parte superior, así:

Y último paso: Mover el palo que se ha quedado solo y ponerlo en la parte superior derecha.

Martina S gritó: ¡Bravo Noelia! Así hemos conseguido 4 triángulos pequeños y uno más formado por todos, en total 5 triángulos moviendo solo 3 palos de bambú.

Y…¡Pum! La última piedra apareció, una piedra morada parecida a las amatistas, y no solo eso, junto a ella se abrió un vórtice, una puerta para cruzar a otro espacio/tiempo, que si atravesaban les llevaba junto con el líder de los Langur y su esposa. Con más miedo que otra cosa, uno a uno fueron atravesando el agujero. Cuando pasó el último, el agujero se cerró, ya no había vuelta atrás.

Enzo, que estaba todavía en sock, dijo: – No me lo puedo creer, cuando vuelva a casa mamá y papá van a alucinar ¡Está siendo el mejor viaje de mi vida!

En ese momento el líder de los Langur les pidió las 4 piedras. Carlos se acercó y le dijo: – Aquí tienes las 4 piedras, la primera, la de color verde, la conseguimos en el hotel, muy cerca del aeropuerto. Mira, hemos ido completando un mapa:

Para la segunda tuvimos que viajar a la isla Sentosa, allí conseguimos la piedra rosa.

Ariadna continuó con la explicación: – Para conseguir la piedra azul, la tercera piedra, cambiamos de país, nos fuimos a Malasia, a LegoLand.

Y el último paso, justo antes de llegar aquí, fuimos a la isla Jurong, allí conseguimos la piedra morada. Por cierto ¡En Singapur hay muchas islas!

El líder de los Langur les pidió a todos que se acercan y le dijo que necesitaba la ayuda de la fémina más joven del grupo. – ¡Soy yo! Dijo Valentina.

Le pidió que uniera las 4 piedras, que cerrase los ojos y que dijese en voz alta que deseaba.

Valentina cerró sus ojos y dijo: – Que toda la familia de Langur se vuelva a unir, para así poder volver a ser felices. Y es que nuestra profe Ale siempre dice que lo más importante en la vida es SER FELIZ.

Justo después de pronunciar la palabra FELIZ, un fuerte viento se levantó, el cielo se llenó de nubes y miles de gotas empezaron a caer. Hasta que 5 largos minutos después todo remitió. El Sol empezó a brillar, el arcoíris reinó el cielo y uno a uno fueron apareciendo todos los manos Langur, incluso el compañero de Kian que había desaparecido.

Gracias al ingenio de todos los niños y niñas de la clase de 2ºA la especie de los Langur se había salvado y el ministro Lee Loong podría protegerlos. Como recompensa les regalaron 4 días de piscina, juegos, bailes y aventuras. Siempre lo recuerdan como el mejor viaje de su vida, lo que no saben es que los Langur todos los días les recuerdan.

Autora: Alejandra Fernández

Vídeo del cuento con las voces de los niños y niñas de la clase de 2ºA de primaria del Colegio Escuelas Pías de Alcalá de Henares.