Soñar… ¿te da alas?

Hoy os traemos un cuento que además de hablar de matemáticas nos recuerda a la canción Aire de Mecano, además de al anuncio de Red Bull.  ¿Te animas a leerlo? ¿Y a escuchar la canción?

Contenido: Geometría. Triángulos, círculos, líneas y ecuaciones. 

Soñar… ¿te da alas?

No sé muy bien por qué este miércoles me levanté tan cansado, pasé el día aturdido y sin ganas de hacer nada. A mitad de tarde me surgió un problema en el trabajo y creí que era buena idea tomarme una bebida energética a ver si de esta manera espabilaba un poco.

De repente me encuentro volando… sí volando. Con los brazos abiertos hacia atrás, formando con mi tronco y mis piernas un ala delta. En ese momento recuerdo a una de mis profesoras de primaria explicándome los tipos de triángulos que existen…  equiláteros, isósceles y escalenos y planeando sobre un campo verde con puntitos rojos, que debían ser amapolas por la época del año en la que estamos, me encuentro analizando qué tipo de triángulo soy. Soy un triángulo equilátero cuyo perímetro es… 3xL y el área un medio de la base por su altura.

De repente veo cómo pierdo altura, me he distraído, paso cerca del tejado de una iglesia, una señal me hace perder el equilibrio y me encuentro a punto de darme de bruces contra un triángulo dibujado en el suelo. Muevo los brazos, lucho contra el viento, tomo algo de altura y recuerdo a la profesora de tercero de primaria que, cuando nos cansábamos de las matemáticas, es decir… siempre, nos decía “las mates están por todas partes”, en ese momento me di cuenta que era cierto. En un breve espacio de tiempo había localizado cuatro triángulos.

Con este primer obstáculo superado, me encuentro surcando el cielo, a mi izquierda un radiante sol, circular por cierto. Me da por pensar en su área y recuerdo aquella fórmula tan graciosa, A= P x r2, intento encontrar el centro del círculo para calcular el radio y por un momento, me quedo ciego.

Se me acumulan los pensamientos, el sol es un círculo en el dibujo de mi sobrino pequeño, en la realidad es una esfera, con volumen.  Miro de frente para intentar recuperar visión y me encuentro con el horizonte, una línea recta… horizontal y pienso, mientras no dejo de palmotear, ¡vaya, otra vez las mates! pierdo altura de nuevo, giro la cabeza hacia la derecha y me encuentro la ladera de una montaña y me viene a la cabeza el póster que teníamos en el corcho de clase, esta es una línea recta oblicua. Para mi sorpresa, miro de frente de nuevo y… ¡uyyyy!, rozo una línea recta vertical con forma de poste de luz, que nuevamente me desestabiliza, haciéndome perder el equilibrio.

Me centro, intento tomar altura, respiro, mi corazón late con fuerza y rapidez. Miro a lo lejos y veo… qué veo. ¿Es un pájaro? Pero un pájaro con un ala más corta que la otra no puede ser porque no sería estable, me confunde que estoy alterado o será la perspectiva. ¡No me lo puedo creer! Otra vez las matemáticas. La perspectiva, era de matemáticas o de dibujo o de ambas. La cosa es que no sé muy bien lo que estoy viendo. Intento girar y acercarme y cuál es mi sorpresa cuando veo una raíz cuadrada que pasa a mi lado.

Abro y cierro los ojos, para intentar aclarar mi vista, sé que no puede ser. Me centro de nuevo en el horizonte, me tranquilizo, a los pocos minutos miro hacia abajo y veo una ciudad compuesta por diferentes barrios y los barrios a su vez por bloques, plazas, parques…., todos ellos con formas geométricas, los bloques eran rectángulos, las plazas círculos y los parques triángulos. Tomo de nuevo altura, sobrevuelo la ciudad y me percato de una peculiaridad. Cada barrio tiene forma de una letra distinta.

Decido investigar, giro mi cuerpo, bajo la cabeza y comienzo mi excursión. Paso por debajo de un semicírculo en el que pone Ciudad de los Números, a la derecha una flecha me indica el barrio N, decido empezar por aquí. Por una acera encuentro al 1 y al 2 de la mano, delante corretea un 3 más pequeño de lo normal. En el cruce se encuentra un guardia municipal, bastante rechoncho, es el ocho. No dejo de mirar de un lado para otro y me doy cuenta de que estoy en el Barrio de los Números Naturales, que son todos los mayores de 0 y que no pueden tener parte decimal ni fraccionaria.

A dos pasos de allí, veo un cartel rectangular en el que pone Barrio de los Números Enteros, me acerco y veo al lado izquierdo un grupo de números con una rayita que les sale a la altura de la barriga, son los números enteros negativos, al lado derecho los mismos números pero sin rayita y en el centro…, en el centro el pobre número 0. En seguida pensé que como era gordito se estarían metiendo con él, me acerqué y vi que me equivocaba, estaban jugando al corro de la patata.

Decido seguir investigando, aunque parezca mentira, sigo sin creer lo que estoy viviendo, tomo altura, oigo un ruido, giro a la izquierda y veo varios bloques que forman una Q, me acerco y encuentro un gran aparcamiento en el que veo andando a una raya que tiene un 5 de cabeza y un 10 de piernas, intento centrarme, remuevo mis recuerdos matemáticos y deduzco que estoy en el Barrio  de los Números Racionales que son aquellos que pueden expresarse como una fracción de dos números enteros.

Intento ordenar todo esto en mi cabeza mientras me centro en no chocarme con una línea recta vertical, que sostiene un rectángulo de poca base y mucha altura con tres círculos, uno rojo otro amarillo y otro verde, lo que nosotros llamamos semáforo. Rebusco y rebusco y me doy cuenta de que la Ciudad de los Números, es en realidad un conjunto que engloba varios subconjuntos… y cuando más centrado me encuentro, cuando me estoy percatando de que las matemáticas están en todas partes, noto unas turbulencias, cada vez de mayor intensidad. Me hacen perder el equilibrio, miro hacia los lados, estoy cerca de unas líneas rectas verticales terminadas en círculos de color verde llamados árboles, caigo, caigo y caigo al vacío.

Abro los ojos y ahí estoy, apoyado sobre mi mesa rectangular, con mi papelera en forma de cilindro llena de esferas de folios arrebuñados, y mi pantalla, también rectangular llena de números enteros, positivos y negativos, líneas rectas, horizontales y verticales…. Me giro y mientras miro a mi jefe con cara de pocos amigos, afirmo en voz alta: ¡¡SOÑAR, TE DA ALAS!!!

Autora: Alba González Martín Santafé

Canción: Aire de Mecano